domingo, 14 de abril de 2013

ÁLVARO ALSOGARAY, AMABA LA LIBERTAD HUMANA, SE ENTREGÒ EN FORMA INCLAUDICABLE Y ENSEÑÓ QUE EL LIBERALISMO ES CONDICIÓN PARA LA PROSPERIDAD


Comencé a admirar a Álvaro Alsogaray, en 1960, cuando lo escuché hablar en TV, explicando cómo funcionaba el libre mercado, era todo novedoso para mí, me quedé fascinado  y me hice liberal. Hasta aquel momento, sentía un rechazo irracional por el presidente Frondizi y odiaba a su ministro de economía.
Hoy, cuando ya se cumplieron cinco años de su partida, sigo estando orgulloso de su amistad. Cómo no lo voy a defender de quienes hoy todavía lo atacan. Dueño de una admirable lucidez intelectual. Fue sin duda uno de los protagonistas de la política nacional de los últimos cincuenta años..Fue en sus comienzos una voz solitaria en la difusión de las ideas liberales, pero logró (aunque parcial y muy acotadamente) llevarlas a la práctica, primero, con el presidente Frondizi, y luego, mediante las privatizaciones y desregulaciones que aconsejó al presidente Menem a partir de 1989.
Estuvo entre los pocos  políticos que se opuso al golpe militar de 1976 y de igual modo, condenó, por aventurera e irresponsable la guerra de Malvinas, lo cual le valió un juicio por traición a la patria. pleno desembarco en las islas, lo cual le valió un juicio por traición a la patria. Y  fue como diputado nacional votó en contra de las leyes de “Punto Final” (1986) y de “Obediencia debida” (1987), convencido de que por ese camino jamás alcanzaríamos la reconciliación.

Como candidato a presidente por la UceDé, llegó a obtener dos millones de votos, y como diputado nacional presidió un bloque que en su mejor momento reunió a once diputados liberales, muchos de los cuales, como Federico Clérici, Armando Ribas, Francisco Durañona y Vedia y Héctor Siracusano, entre otros, sobresalieron entre la mediocridad populista de entonces, con brillantes actuaciones parlamentarias.

Amaba la libertad humana y se entregó de manera inclaudicable a su pasión por persuadir a la gente, a los militares y a los gobiernos civiles (porque él hablaba con todos) y trataba pacientemente de convencerlos, de que la libertad económica era la condición de la prosperidad.

No ha llegado todavía el momento, pero el país (y también muchos liberales, que no lo quieren) le van a reconocer a Álvaro Alsogaray el enorme servicio intelectual que nos hizo a todos en su dilatada trayectoria pública. Se puede decir que gracias a él la Argentina recuperó el espíritu de Mayo y las ideas de Alberdi, eclipsadas durante tantos años por el autoritarismo, la demagogia y los mitos de las economías dirigidas.
Nadie, absolutamente nadie hasta hoy, ha enseñado los principios de la libertad con tanta solvencia, pasión y perseverancia. Ningún otro liberal fue jamás escuchado como él. Nadie consiguió despertar el interés de las personas sencillas, las que votan y no entienden nada de economía, como logró hacerlo Alsogaray. Nadie ha llenado ese vacío ninguno ha podido tomar su lugar, reemplazarlo en la imprescindible tarea de enseñarle y recordarle a la gente, entre otras cosas, cuáles son las causas de la inflación, por qué el excesivo gasto público desquicia las economías y cuáles son las ventajas que obtienen los trabajadores de la economía libre.

Por Enrique Arenz, 1 de abril de 2010 ,ALSOGARAY: A CINCO AÑOS DE SU MUERTE NADIE HA PODIDO REEMPLAZARLO  http://www.enriquearenz.com.ar/ensayo14_alsogaray.html

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