domingo, 9 de marzo de 2014

LA INTRODUCCIÓN DE UNA MAYOR COMPETENCIA EN LAS EMPRESAS PÚBLICAS PRIVATIZADAS ,SE TRADUCIRÁ EN UNA BAJA DE LOS PRECIOS, MAYOR CALIDAD EN LOS SERVICIOS Y UNA MEJOR DEFENSA DE LOS INTERESES DE LOS CONSUMIDORES ( 1999)

Ya hemos escrito en una nota anterior el balance económico del gobierno de Carlos Menem publicado apenas 24 horas después que se conociera su sucesor en la presidencia de la Argentina, Fernando de la Rúa. En ese articulo se analizaban los aspectos que se consideraban como positivos.
Llegó el momento de repasar en un extracto el costado negativo. Transcribimos en forma textual el análisis del diario La Nación a fines de Octubre de 1999. Se cita la opinión del especialista consultado en aquella oportunidad: Aldo Abram, director la consultora Exante.

Argentina continúa siendo muy vulnerable a los shocks externos, como los que se han vivido sucesivamente desde octubre de 1997, cuando comenzó la crisis asiática, hasta la devaluación en Brasil, en enero de este año.

No fue ajena al tembladeral, esta vez más regional que global, provocado por la devaluación mexicana, el llamada efecto tequila en 1994. Allí hubo corridas contra los depósitos, pero el sistema financiero soportó, con la convertibilidad a sus espaldas.

A partir de allí se produjo una depuración del sistema financiero, que se tradujo en un achicamiento y concentración: de 236 entidades que había cuando Raúl Alfonsín dejó el poder sólo quedan hoy 120.

"Las reformas que habrían permitido reducir dicha vulnerabilidad se detuvieron incluso antes de que Menem hubiera terminado su primer mandato", opinó Secco.

"Lo negativo que deja este gobierno es un mercado laboral con regulaciones perimidas, que están teniendo un alto costo en términos de desempleo, un esquema de relaciones fiscales entre la Nación y las provincias también perimido, que debería reformularse porque genera incentivos perversos y malos manejos del gasto público en las provincias", dijo Abram a La Nación .

La desocupación en la Argentina trepó del 7,1 % en octubre de 1989 al 14,5% en octubre de este año. Esto, sumado a los índices de subocupación -quien tiene un trabajo y busca otro porque no le alcanza para vivir- significa que hay más de 4 millones de argentinos con problemas de empleo.
Y la pobreza trepó a cifras alarmantes: 13,4 millones -el 36% de la población a octubre de 1998- es el número de pobres en la Argentina, según estudios del Banco Mundial. De acuerdo con los trabajos de ese organismo, entre 1994 y 1998 el número de pobres creció en 4,1 millones. Sin embargo, los datos oficiales de la secretaría de Desarrollo Social indican que el número de pobres alcanza los 9 millones. La mayoría de las materias sociales no se han aprobado, según los economistas consultados. La principal tarea del futuro gobierno deberá ser avanzar en las reformas en ese campo, coinciden los técnicos.

La otra herencia es el aumento de la deuda externa. En 1989 la deuda pública era de 63.000 millones de dólares. Al 30 de junio de este año la deuda contraída por el Estado ascendía a 115.400 millones de dólares, según la subsecretaría de Financiamiento de Economía. La deuda externa total, en la que también se incluye al sector privado no financiero, llegó en marzo de este año a 139.680 millones de dólares.

Este año el programa financiero llegó a 17.410 millones de dólares, que se repartieron de la siguiente forma: 5100 millones para cubrir el déficit fiscal; 11.411 millones para pagar amortizaciones de la deuda y 900 millones para otros aspectos, según un informe oficial de Economía.

Para Abram la Argentina no tiene un problema de perfil ni de tamaño de su deuda. "Sí, en cambio, tiene un problema que es el crecimiento de la deuda, con lo cual se podría decir que en el futuro habrá inconvenientes", señaló Abram.

El gobierno que asumirá en diciembre también deberá lidiar con el creciente déficit fiscal, que llegará este año al nivel alcanzado en diciembre de 1996 cuando trepó a 6000 millones de dólares, y el por entonces flamante ministro de Economía, Roque Fernández, lanzó un duro ajuste fiscal para reducirlo.

Según los estudios de la Fundación Argentina para el Desarrollo con Equidad, que conduce José Luis Machinea, el rojo en las cuentas públicas se ubicaría en torno a los 5700 o 6000 millones. Otro de los desafíos para el nuevo gobierno es el de completar la segunda generación de las reformas, que nacieron con las privatizaciones de las empresas de servicios públicos.

El logro de haber dejado de lado el control estatal en las empresas prestadoras de servicios necesariamente debe complementarse con la introducción de más competencia, que se traducirá en una baja en los precios, mayor calidad en los servicios y una mejor defensa de los intereses de los consumidores. .


Fuente:
Rosales, Jorge. Tiempo de balance: pros y contras de un período de cambios. La economía que queda tras 10 años con Menem, La nación 25/10/99
http://www.lanacion.com.ar/158609-la-economia-que-queda-tras-10-anos-con-menem

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