miércoles, 2 de abril de 2014

LOS SOLDADOS DE MALVINAS SOMOS LOS DESAPARECIDOS VIVOS DE LA DICTADURA

Las vivencias de los soldados en la guerra de Malvinas, tiene dos caras sombrías y no están ellas relacionadas con los combates. Por el contrario, como lo aseguró en 2012 Marcelo Lapajufker, uno de los conscriptos que fueron alistados sin preparación alguna, siente que como muchos de sus colegas son: los desaparecidos vivos de la dictadura”. 

Ello significó también que no tuviera juventud “Siempre intenté moverme, ponerme mucha carga para poder olvidar, cosa que cada día está más fuerte en la memoria. Empecé en la facultad y conseguí un trabajo, pero tengo la sensación que a mi la juventud me la robaron, como que no la viví. Es un recuerdo muy vago, porque no estaba entero, ni física ni mentalmente".

Lapajufker, ingresó al servicio militar apenas comenzado Marzo de 1982, con sólo 18 años. Un mes y medio después, arribó en Malvinas. Como cualquier adolescente, el no había vivido algo similar, salvo en su imaginación. Comparó lo sufrido a vivir en una tumba,vivir en una tumba”,porque “vivir en una trinchera es como vivir en una tumba,y no es fácil vivir en una tumba”. 
Es más , agregó que siempre pensó que no iba a volver, “me imaginaba mi propio entierro”.“Me imaginaba en una fosa común, tapado por otros cuerpos y sin que nadie supiera donde estaba".
En la guerra, escuchábamos las noticias pero nuestras cabezas estaban bloqueadas en el bombardeo.
No sólo el entrenamiento fue escaso, tampoco psicológicamente estaba preparado para dormir con quince grados bajo cero a la temperie, vivir sin comida, sin agua; nadie está preparado para una vivencia semejante. A pesar de todo, si es que se puede rescatar de toda la basura (nuevamente no se vincula a lo militar):" Faltó comida, abrigo. Robábamos para comer, pero todos éramos solidarios, lo que se sacaba se repartía".

Como queda dicho, la vuelta no fue la esperada, allí comenzó otra vida, lejos de ser reconocido por entrega, fue ninguneado por la sociedad :”Nosotros nos dimos cuenta mucho tiempo después que mientras muchos se morían, en Buenos Aires se seguía jugando el mundial ( el de fútbol en España 82, al que la selección argentina ganadora del mundial anterior en Argentina, viajó pese a conocer la situación). El retorno trajo la peor parte,las secuelas:Ver la realidad fue asimilar la pesadilla :Todos coincidimos en el mismo pensamiento, en saber que la vuelta fue peor que la guerra misma.

Su descripción es durísima ,reiteró que no estaba entero, ni "física ni mentalmente”. En lo físico: la marca la llevó en el cuerpo” Cuando volví tenía los pies y las manos congeladas y una infección muy fuerte en los intestinos”.

En lo psíquico, el comienzo fue el 14 de junio, el día de la rendición." Ahí empezó la guerra para mi", manifestó Lapajufker. "Fue el día que entregue mi fusil y mi casco. Ese día yo vi en blanco y negro”.Esa misma tarde recibió un pañuelo blanco con un alfiler de gancho para que se pusiera en el pecho; todavía lo conserva, con sangre y con tierra lo guarda como parte de su vida.

Después de 25 años en 2007 , decidió escribir su libro “Hay dos cartas sin abrir” relatando el padecimiento en las Islas. Fue saldar su deuda pendiente, su agradecimiento a la gente que en algún momento le escribió a el y a sus compañeros. “Muestro mis cartas, 100 cartas, para que la gente las lea. Las que yo contestaba eran muy distintas, mentía mucho, les decía a mis padres que no pasaba frío, que comía”.

“Me traje cartas que pertenecían a otros soldados. Después de mucho tiempo encontré que había dos cartas que no se habían abierto. No eran para mi. Fue muy conmovedor volver a leer esas palabras después de tanto tiempo”, contó.

Esas cartas tienen otra significación y no están ligadas simplemente a la vuelta sino también los recuerdos, las marcas en el cuerpo, los sueños y las conversaciones con sus compañeros. Las define como un manual de vida. Intenta contar su experiencia, su guerra. “Ver algo escrito en puño y letra de esa época es conmovedor y sirve para explicar las preguntas y las respuestas que nos dábamos y que les brindábamos a nuestros seres queridos”.

Lapajufker, recalca que su libro es un “testimonio” que no está teñido de cosas políticas", no es lo que buscó. En cambio intenta mostrar que "Todos fuimos víctimas de la guerra: mis padres, mi compañero que murió en las islas”. Asimismo con dolor se lamenta que "Todavía no se le ha dado el debido respeto, el derecho a los veteranos. No se nos invita a los colegios para explicar qué pasó. Malvinas fue la gesta más grande, los soldados hicieron todo lo que pudieron”.

En 2012,al conmemorarse los 30 años de la conflagración,reflexionó :"Todos recordarán lo vivido cada día de su vida.Yo lo llamo el fantasma de la guerra, la herida que nunca cicatriza”. “Una vez por año también nos juntamos, tenemos un grupo ya conformado”. Sin embargo, hay muchos que faltan, muchos hombres que se quitaron la vida post querra, “fueron 450 los que se suicidaron después; y yo lo entiendo porque también lo pensé, pero por suerte encontré otros motivos para seguir viviendo. Algunos tenemos más herramientas que otros, educación, trabajo, familia, un apoyo para seguir adelante”.

Al retornar a la escritura de su libro, Lapajufker, señaló:"Cuando lo estaba preparando, mis hijos, que conocen las cartas y conviven con ellas, me dijeron que querían ver unas en particular, el más grande me dijo: “Papá, acá hay una carta sin abrir”, le respondí que eso es imposible, que se fije bien, y me contestó: “Hay dos cartas sin abrir”. Yo pensé que las había visto todas, y esas estaban sin abrir porque eran de dos personas desconocidas y habían llegado en la última semana, y en esos días no había ni tiempo para ver una carta. Fue una gran sorpresa, las leímos con mucha emoción y tratamos de ubicar a la gente desconocida que mandó cartas. Contactamos unas 30 personas que vinieron a la presentación del libro con sus familias. No podían creer que un soldado desconocido hace 25 años y yo los estaba convocando para presentarles el libro y mostrarles que su carta estaba ahí. 

Ya transcurrieron más de 30 años de Malvinas y el dolor no se aplaca"Todos recordarán lo vivido cada día de su vida; repitió “Yo lo llamo el fantasma de la guerra, la herida que nunca cicatriza, son los fantasmas y los traumas"”. 

Lapajufker se reúne una vez por año con los veteranos. Sin embargo, hay muchos que faltan, muchos hombres que se quitaron la vida en la postguerra, “fueron 450 los que se suicidaron después; y yo lo entiendo porque también lo pensé. Resalta su observación con un llamado de atención:nuestra realidad es bastante triste”.

En su historia que no logra acomodar totalmente, afirma que la mayoría vuelve con culpa; con la culpa de “porque yo vuelvo y el otro no”, otra huella de fuego. Y aunque intenta concientizar que la sociedad fue victima del mesianismo de Galtieri, porque insiste "Todos fuimos víctimas de la guerra: mis padres, mi compañero que murió en las islas", en su mente, en su cuerpo y su corazón hay una idea que se acentua: los soldados de Malvinas somos los desaparecidos vivos de la dictadura”.

Fuentes:
Navarro Nicoletti, Paloma:"Somos los desaparecidos vivos de la dictadura”,Plaza de Mayo.com, 02/04/2012 http://www.plazademayo.com/2012/04/nosotros-somos-los-desaparecidos-vivos-de-la-dictadura.

Ser Judío en la Guerra de Malvinas, ''La juventud me la robaron, no la viví'', Radio Jai, 2/4/2010http://www.radiojai.com.ar/online/notiDetalle.asp?id_Noticia=42240


Una mirada diferente sobre Malvinas, AJN 2/4/2008, citado en Palermo on Line
http://www.palermonline.com.ar/noticias_2008/nota145_malvinas.htm






















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