jueves, 30 de octubre de 2014

EL 30 DE OCTUBRE DE 1983 LA SOCIEDAD ARGENTINA FESTEJÓ LA ENTRADA A LA VIDA DEMOCRÁTICA, UN RENACER FRENTE A LA MUERTE AUTORITARIA QUE HABÍA PREDOMINADO EN EL PAÍS DURANTE LOS OSCUROS TIEMPOS DICTATORIALES ( RAÚL ALFONSÍN,2008)

Como sucede ante cada aniversario las reflexiones sobre el acontecimiento celebrado exigen a sus protagonistas una revisión de los hechos, intentar brindar una nueva mirada alejada de la pasión y la adrenalina que se generó ante el suceso en “caliente”.

El triunfo del Dr. Raúl Alfonsín el 30 de Octubre de 1983 en las elecciones presidenciales en Argentina no fueron la excepción. Fue uno de los hitos en la historia moderna del país , una línea demarcatoria. Los comicios significaron mucho más que eso, mucho más que un mero acto cívico.Fue la respuesta contundente para enrostrarle a Galtieri ( y en su nombre a todos los dictadores y cómplices del auto denominado Proceso de Reorganización Nacional ) que las urnas estaban bien libres , dispuestas a recibir las boletas y que la gente vote 

(sin que ninguna ”secta de matones” obligara a nadie a sumirse a su voluntad).

La instauración del orden provendría de la autoridad y no del autoritarismo, ese fue el espíritu del 30 de Octubre de 1983, no olvidar ni perdonar que (como enfatizara Alfonsín en su cierra de campaña) que los militares “Vinieron con el pretexto de “eliminar la corrupción y terminaron corrompiendo todo. Ese “todo” era sinónimo de la quita de la libertad y el desguace aparato productivo al que se sumaban también las “palabras más sagradas”. Ellas eran la vida y el respeto a una sepultura, “derechos que se conculcaron mediante las torturas y desapariciones y mediante la violencia que trajo como consecuencia una represión masiva, atroz e ilegal” (como lo entendía el futuro mandatario y como prometió y cumplió se juzgarían a los responsables de la masacre, los que tuvieron métodos similares al nazismo).

El 30 de Octubre de 1983 fue el grito de “entrada a la vida”. Tal como escribió en 2008 Raúl Alfonsín en su articulo “La vida democrática “del diario Perfil en la conmemoración de los 25 años (el último antes de su fallecimiento en Marzo de 2009):”la sociedad argentina festejó no la victoria de un partido ni la derrota de otro, sino la entrada a la vida democrática, un renacer frente a la muerte autoritaria que había predominado en el país durante los oscuros tiempos dictatoriales”.

El texto completo del llamado “padre de la democracia moderna” en Argentina,se transcribe en forma completa, resaltando el extracto donde Alfonspin subraya sabíamos que tendríamos que batallar contra dificultades extremas y fuerzas poderosas que no querían la democracia en la Argentina ( ndr:militares ,grandes grupos económicos concentrados . corporaciones financieras locales y los organismos de crédito internacional por nombrar a los más salientes).” Veníamos no sólo de la ruina ética y moral del país, también del desastre económico y financiero. Sin embargo, teníamos una ventaja: la experiencia nos había enseñado que, cada vez que perdimos la democracia, la inmensa mayoría de los argentinos terminó perjudicándose”.

El 30 de octubre de 1983, la sociedad argentina festejó no la victoria de un partido ni la derrota de otro, sino la entrada a la vida democrática, un renacer frente a la muerte autoritaria que había predominado en el país durante los oscuros tiempos dictatoriales.

Es indudable que aquella fiesta cívica significó un gran paso adelante, una formidable oportunidad de cambio. Las calles se poblaron de ciudadanos con alegría, esperanzas y conciencia del sentido supremo de la libertad. Pero quienes asumiríamos luego la difícil tarea de gobernar estábamos ajenos a cualquier euforia.

Desde luego, salir de esa debacle exigía tiempo, esfuerzos, sacrificios, claridad de ideas y una gran energía encauzada por un preciso sentido de la prudencia y el equilibrio, y, fundamentalmente, un compromiso de todos los ciudadanos. En ello, como alguna vez dije, radicaba el poder de la democracia.

Estos cinco lustros transcurridos han dejado, entre otras cosas, una certidumbre que debemos evocar: algo notablemente ha cambiado a partir de 1983; no hubo ni habrá en nuestro país más presidentes de facto. Nada menos. Pero, hoy, con la cabeza y el corazón en el presente, se trata de mirar hacia el futuro.

Democracia es vigencia de la libertad y los derechos pero también existencia de igualdad de oportunidades y distribución equitativa de la riqueza, los beneficios y las cargas sociales: tenemos libertad pero nos falta la igualdad. Democracia es no sólo garantizar los derechos políticos o el sufragio, sino es extender la ciudadanía cívica y social a todos los habitantes.

Ello significa, también, que la democracia puede subsistir solamente si se logra un fortalecimiento y expansión de la capacidad de autogobierno por parte de los ciudadanos. Erich Fromm, en su libro "El miedo a la libertad", sostiene que el derecho de expresar nuestros pensamientos, sin embargo, tiene algún significado tan sólo si somos capaces de tener pensamientos propios.

Ojalá se comprenda esto, y las jóvenes generaciones puedan crecer, separadas de personalismos excluyentes y canibalismos políticos, bajo el amparo de la autonomía que brinda una cultura cívica apoyada en instituciones fuertes, un Estado de Derecho, partidos sólidos y renovados, y, fundamentalmente, en sujetos democráticos, porque sólo así la democracia podrá sobrevivir a sus gobernantes y evocarse, ya no como un sistema de instituciones, sino como una forma de vida.

Raúl Alfonsín, Presidente de la Nación 1983-1989.
Fuente: La vida democrática: escribe Raúl Alfonsín

Diario Perfil 26/10/2008
http://www.perfil.com/politica/La-vida-democratica-escribe-Raul-Alfonsin-20081026-0033.html

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