lunes, 21 de diciembre de 2015

19 Y 20 DE DICIEMBRE DE 2001, NO TODO SIGUE IGUAL AUNQUE EL CAMBIO ES INSUFICIENTE: SIGUE EL CLIENTELISMO, LA GENTE SOSPECHA QUE SE CONFABULAN , QUE CONTINÚAN DEFENDIENDO SU PODER MÁS QUE LAS NECESIDADES DEL CIUDADANO, QUE LAS VIEJAS PRÁCTICAS ESTÁN AHÍ ( 2005)

Al cumplirse cuatro años del 19, 20 de diciembre de 2001 que provocara la salida- huída de Fernando de La Rúa y sus consecuencias expresados en el “que se vayan todos” tenía el respaldo de casi el 70 por ciento de la población”, aseguraba Raúl Kollman en Página 12.

Añadía en su análisis:” No falta quien sostenga que de aquello quedó poco y nada. Se disolvieron las asambleas, los piqueteros han perdido gran parte de su capacidad de convocatoria y el ambiente de democracia directa pasó”.

A su vez recordaba que en 2003 y 2005, en veinte de las veinticuatro de provincias ganaron las elecciones los que estaban gobernando, sean del signo político que fueran”

En ese sentido Kollman traía otras afirmaciones que iban a ser respondidas por expertos. Por un lado veía:” Hay quienes afirman que aquella experiencia dejó en crisis muy grave o terminal a los dos partidos mayoritarios, la UCR y el PJ. Pueden tener fuerza provincial, pero como fuerzas nacionales están –según los consultores– en decadencia. También está la óptica de los que dicen que aun en esos partidos no hubo un recambio generacional.

Rosendo Fraga, Artemio López Analía Del Franco y Hugo Haime, consultores en opinión pública contestaban sobre el saldo que quedó de aquellas jornadas y de aquella consigna. Los cuatro enfatizaban :” Pasó la democracia directa pero, sí, hubo cambios en la política”.

Fraga,del Centro para la Nueva Mayoría:, sostenía en 2005“Si uno mira las encuestas, la imagen de los políticos sigue siendo muy mala. Pero evidentemente la bonanza económica le quitó fuerza al cuestionamiento político”.

De todos modos, advertía:” Ojo que el ‘que se vayan todos’ era la opinión de dos tercios de la población, no únicamente de los movimientos sociales o piqueteros. Ya en las elecciones de 2003 ganaron veinte de de los veinticuatro oficialismos provinciales, lo que indica que al menos a nivel local los que gobernaron tuvieron fuerte apoyo”.

Observaba :” Los intentos de piqueteros y asambleístas de trasladarse al plano político no fueron exitosos. La política no se re-prestigió, pero tres años de crecimiento al nueve por ciento hacen que gran parte de la población deje de pensar en política aunque los resultados sociales sean magros”.
Asimismo extraía una conclusión:”. No es una fórmula matemática pero diría que en momentos de bonanza, el ciudadano se politiza menos, y en momentos de crisis, se politiza más. Desde otro punto de vista, existe una desarticulación del sistema bipartidista tradicional y una territorialización de la política. Gobernadores e intendentes tienen hoy más poder que antes, la UCR y el PJ han perdido peso como partidos nacionales, en el radicalismo se nota más, pero el justicialismo como partido nacional está en clara baja”.

Por su parte Artemio López, opinaba en Diciembre de 2005 , cuando Néstor Kirchner gobernaba el país: “Argentina vivió una renovación política. Si uno analiza la cúpula del justicialismo, Kirchner es un líder emergente postcrisis”. Su lectura sobre la aparición del ex gobernador santacruceño tenía entre otras argumentaciones:”Su triunfo no se explica sin el ‘que se vayan todos’. Duhalde, Menem, Rodríguez Saá, López Murphy y Carrió caducaron como liderazgos nacionales”.

Además surgían nuevos nombres en la escena nacional Macri por el centro-derecha, Binner o Sabbatella por el centroizquierda pueden saltar con fuerza en el terreno nacional.

Existía un conflicto: “Las asambleas tuvieron el problema de la cooptación de la partidocracia de izquierda y eran producto de una crisis socioeconómica de la clase media que ya no es la misma. Con los niveles de empleo actuales y la disminución de la pobreza, existe una reconducción del conflicto hacia dirigentes gremiales, muchos de ellos nuevos y de base, que les van a dar pelea a los tradicionales. Por ahora, tal vez tengan menos prensa que Raúl Castells, pero son un fenómeno en ascenso y van a dar batalla, tanto entre los trabajadores formales como entre los informales.

Por su parte Analía Del Franco, de Analogías veía :”Los partidos quedaron débiles y apareció un personalismo fuerte de Kirchner, de Carrió, de Macri, un sistema más basado en liderazgos que en partidos”.

Sin embargo notaba :”No todo sigue igual, aunque el cambio es insuficiente: sigue el clientelismo, la gente sospecha que se confabulan, que continúan defendiendo su poder, más que las necesidades del ciudadano, que las “viejas prácticas están ahí

Seguía Del Franco en 2005: “Pero el ingrediente que apareció en ese momento, la democracia directa, el pegar tres gritos y conseguir cambios, está presente en la mente de los políticos, le tienen cierto miedo”. Lamentaba : “Desde ya que no se logró que la gente se sienta más representada. Está el Presidente con un lugar de liderazgo que absorbe todo, pero es una coyuntura. Armó una buena relación y la gente se siente identificada, pero no es un cuadro que abarque a la totalidad del sistema político”.

Culminaba asegurando:”insisto en que existe una crisis de representación, admitamos que en las últimas elecciones el nivel de voto en blanco y nulo bajó notoriamente: el voto castigo, el voto bronca, bajó. Es un indicio”.

Por último Hugo Haime de la consultora que lleva su nombre , mostraba los claros y oscuros :” Podría decirse que se quedaron todos, Carlos Menem perdió en La Rioja, Raúl Alfonsín en la UCR, Eduardo Duhalde en la provincia de Buenos Aires”. A su vez Los dirigentes que están bien evaluados son el Presidente y muchos gobernadores, y otros que intentan expresar algo nuevo, como Mauricio Macri. Si hoy pesara aquello de que se quedaron todos, Cristina no hubiera ganado.

A partir del 2001, decía Haime :” Argentina cambió desde el punto de vista político, hay un recambio. A la dirigencia le cuesta entender, pero lo cierto es que la última elección no la ganó el PJ sino el Frente para la Victoria, que es más que el peronismo. Se empiezan a generar nuevas cosas, y lo que no es nuevo tiende a caer. No veo que en la esencia del sistema de valores haya persistido la democracia directa”.

Comparaba Haime con lo chirrido en otras etapas :”En momentos cruciales, la Revolución de Mayo, Malvinas, el 17 de octubre y cuando se impuso el corralito, la gente salió a la calle. Pero eso no se mantiene en el tiempo. Sí me parece que debido a la falta de existencia de formas institucionales, las organizaciones piqueteras y las de izquierda llenaron un vacío en los barrios”.

Persisten, subrayaba: las panaderías, los comedores, reemplazando las falencias del Estado, pero no como un gran movimiento político, la prueba es que sacaron pocos votos. Por ejemplo, cuando se producen las violaciones en Núñez, la gente se agrupa, sale a la calle y reclama. No adquiere una forma política permanente, pero le dicen al Estado, ‘ocupate de este problema’. Eso es cada vez más habitual”.

Fuente: Kollman Raúl, “Cuatro años de Diciembre de 2001, un análisis de la herencia”, Página 12, 18 de Diciembre de 2005
www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-60654-2005-12-18.html

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