viernes, 1 de julio de 2016

MÉXICO 86: MI MUNDIAL, MI VERDAD; MARADONA Y UN TESTIMONIO QUE UNE TRES DÉCADAS DE LA ARGENTINA EN LO DEPORTIVO, LO SOCIAL Y LO POLITICO


El 29 de Junio Argentina de 1986 ganaba en México el mundial , el que hasta ahora sigue siendo el último triunfo en la máxima competición a nivel selección mayor Maradona fue magia, brillantez y miles de adjetivos descriptivos de su nivel superlativo. Jugó como nunca, si hasta octavos de final había tenido un rol preponderante, en cuartos ya no quedaron dudas de su calidad, carisma y capacidad. Con los dos ya conocidos goles se consagró hasta que el periodismo y la calle acuñaron un nuevo término: Maradoniano, sinónimo de gambeta y fútbol vistoso, bah, la excepcionalidad y el genio sintetizados en la cancha. ¿Cómo se gestó y cristalizó todo aquello?, lo relata Maradona en México 86. Mi Mundial, mi verdad( Sudamericana) el libro que escribió con Daniel Arcucci como interlocutor ( el mismo periodista en el que confió para su biografía):” Fue el momento más sublime de mi carrera, confiesa Maradona que al equipo que llegó a México cuestionado, criticado desde los medios de mayor primacía y el gobierno
( en una jugada desde la Secretaría de Deportes se intentó derrocar a Bilardo). Eran, según su visión: “Veintidós locos dispuestos a ir a la guerra. Resalta un logro que se auto atribuye: “Logré instalar la idea de que jugar con la camiseta de la selección era lo más importante, aunque la guita la hicieras en un club europeo.

En una retrospectiva que une 1986 con el 2016, Maradona cuenta las peripecias que se hicieron para conseguir una camiseta para enfrentar a Inglaterra (el recuerdo de la guerra estuvo siempre presente), las condiciones en las que vivían y dormían en la concentración (goteras, paredes descascaradas), habitaciones sin un confort mínimo para un evento que mueve miles de millones de dólares y del que ellos se llevaban como viático con 25 dólares de viáticos por día. A 30 años del Mundial, Maradona es poco benévolo con Bilardo, al que le resta méritos por su obsesión enfermiza de querer controlar todo y que en dos de los partidos definitorios, no haya previsto la entrada de Barnes contra Inglaterra ( fue casi incontrolable y decisivo en los minutos que estuvo en la cancha, a tal punto que si Olarticoechea no la salva con la nuca de Dios ( la mano de Dios en el primer gol contra los ingleses y su versión posterior que salvó a Argentina del empate y un cambio en la historia del fútbol) y tampoco las jugadas que posibilitaron el empate alemán.

De todas maneras, subraya la importancia de no haberse achicado ante la igualdad y tener la claridad de no enceguecerse hasta poner la pelota en el vacío para la llegada y corrida de Burruchaga que marcó el tercer gol faltando seis minutos y que posibilitó gritar Campeón. De sus compañeros no tiene más que palabras de agradecimiento, fueron baluartes y soportaron estoicos las críticas y a a los que después de dieron vuelta : los panqueques. A 30 años Maradona siente de que a medida que pasa el tiempo esa Copa pesa cada vez más:”Tres décadas más tarde, esos seis kilos y pico de oro ya parecen toneladas” lo dice porque el peso de esa Copa no se solamente físico, sino también emocional e histórico, por su figura y por las no consagraciones.

Asegura Maradona que la victoria contra Alemania y el Mundial fue una las alegrías y regalos que les hice a mis viejos, mejor dicho, como agrega: “El mejor regalo para ellos y para todos los argentinos. Los que nos bancaron… y los que no nos bancaron también. Porque al final la gente, toda la gente, salió a festejar”.

Los 30 años transcurridos permiten también observar perspectivas distintas:”  En 30 años muchas cosas cambiaron :hay cosas que veo diferentes treinta años después. Creo que tengo derecho. Yo he cambiado mucho, es cierto, y muchos hablan de mis contradicciones. Pero en algo no cambié ni me contradije: cuando me decidí a jugarme por una causa, concede Maradona .

Termina con una anécdota y una reflexión, por un lado recordando que la política y el fútbol fueron de la mano en 1986: Después del partido contra los ingleses, Valdano me dijo: ´Diego, a partir de hoy, sos el mejor jugador del mundo, jugamos contra los ingleses después de una guerra en la que los chicos argentinos fueron a pelear en zapatillas: eso, los padres se lo contaron a sus hijos, y los hijos se lo contarán a sus hijos. Pasaron treinta años y lo siguen contando”. Así  quedó  la obra como legado de lo que se intentó abortar antes de su nacimiento y que después se transformó en un momento inolvidable para la historia argentina.” México 86. Mi Mundial, mi verdad “ tiene un valor único como testimonio de ´El hombre del año 86 ´por su protagonismo absoluto en el fútbol y de un protagonista que a veinte años de su retiro mantiene su rol de voz autorizada para hablar de fútbol y que sigue siendo utilizado y buscado por los poderes de turno y los medios para desviar la atención de los problemas y conflictos que azotan a la Argentina.


Fuente: Maradona, Diego: México 86. Mi Mundial, mi verdad ( Sudamericana , Argentina, 2016) http://www.megustaleer.com.ar/libro/mexico-86-mi-mundial-mi-verdad/AR27213/fragmento/

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