El 29 de Junio Argentina de
1986 ganaba en México el mundial , el que hasta ahora sigue siendo el último
triunfo en la máxima competición a nivel selección mayor Maradona fue magia,
brillantez y miles de adjetivos descriptivos de su nivel superlativo. Jugó como
nunca, si hasta octavos de final había tenido un rol preponderante, en cuartos
ya no quedaron dudas de su calidad, carisma y capacidad. Con los dos ya
conocidos goles se consagró hasta que el periodismo y la calle acuñaron un
nuevo término: Maradoniano, sinónimo de gambeta y fútbol vistoso, bah, la excepcionalidad
y el genio sintetizados en la cancha. ¿Cómo se gestó y cristalizó todo
aquello?, lo relata Maradona en México 86. Mi Mundial, mi verdad( Sudamericana)
el libro que escribió con Daniel Arcucci como interlocutor ( el mismo
periodista en el que confió para su biografía):” Fue el momento más sublime de
mi carrera, confiesa Maradona que al equipo que llegó a México cuestionado,
criticado desde los medios de mayor primacía y el gobierno
( en una jugada desde la
Secretaría de Deportes se intentó derrocar a Bilardo). Eran, según su visión: “Veintidós
locos dispuestos a ir a la guerra. Resalta un logro que se auto atribuye: “Logré
instalar la idea de que jugar con la camiseta de la selección era lo más
importante, aunque la guita la hicieras en un club europeo.
En una retrospectiva que une
1986 con el 2016, Maradona cuenta las peripecias que se hicieron para conseguir
una camiseta para enfrentar a Inglaterra (el recuerdo de la guerra estuvo
siempre presente), las condiciones en las que vivían y dormían en la
concentración (goteras, paredes descascaradas), habitaciones sin un confort
mínimo para un evento que mueve miles de millones de dólares y del que ellos se
llevaban como viático con 25 dólares de viáticos por día. A 30 años del
Mundial, Maradona es poco benévolo con Bilardo, al que le resta méritos por su
obsesión enfermiza de querer controlar todo y que en dos de los partidos
definitorios, no haya previsto la entrada de Barnes contra Inglaterra ( fue
casi incontrolable y decisivo en los minutos que estuvo en la cancha, a tal
punto que si Olarticoechea no la salva con la nuca de Dios ( la mano de Dios en
el primer gol contra los ingleses y su versión posterior que salvó a Argentina
del empate y un cambio en la historia del fútbol) y tampoco las jugadas que
posibilitaron el empate alemán.
De todas maneras, subraya la
importancia de no haberse achicado ante la igualdad y tener la claridad de no
enceguecerse hasta poner la pelota en el vacío para la llegada y corrida de
Burruchaga que marcó el tercer gol faltando seis minutos y que posibilitó
gritar Campeón. De sus compañeros no tiene más que palabras de agradecimiento,
fueron baluartes y soportaron estoicos las críticas y a a los que después de
dieron vuelta : los panqueques. A 30 años Maradona siente de que a medida que
pasa el tiempo esa Copa pesa cada vez más:”Tres décadas más tarde, esos seis
kilos y pico de oro ya parecen toneladas” lo dice porque el peso de esa Copa no
se solamente físico, sino también emocional e histórico, por su figura y por
las no consagraciones.
Asegura Maradona que la
victoria contra Alemania y el Mundial fue una las alegrías y regalos que les
hice a mis viejos, mejor dicho, como agrega: “El mejor regalo para ellos y para
todos los argentinos. Los que nos bancaron… y los que no nos bancaron también.
Porque al final la gente, toda la gente, salió a festejar”.
Los 30 años transcurridos
permiten también observar perspectivas distintas:” En 30 años muchas cosas cambiaron :hay cosas
que veo diferentes treinta años después. Creo que tengo derecho. Yo he cambiado
mucho, es cierto, y muchos hablan de mis contradicciones. Pero en algo no
cambié ni me contradije: cuando me decidí a jugarme por una causa, concede
Maradona .
Termina con una anécdota y una
reflexión, por un lado recordando que la política y el fútbol fueron de la mano
en 1986: Después del partido contra los ingleses, Valdano me dijo: ´Diego, a
partir de hoy, sos el mejor jugador del mundo, jugamos contra los ingleses
después de una guerra en la que los chicos argentinos fueron a pelear en
zapatillas: eso, los padres se lo contaron a sus hijos, y los hijos se lo
contarán a sus hijos. Pasaron treinta años y lo siguen contando”. Así quedó la obra como legado de lo que se intentó
abortar antes de su nacimiento y que después se transformó en un momento
inolvidable para la historia argentina.” México 86. Mi Mundial, mi verdad “ tiene
un valor único como testimonio de ´El hombre del año 86 ´por su protagonismo
absoluto en el fútbol y de un protagonista que a veinte años de su retiro
mantiene su rol de voz autorizada para hablar de fútbol y que sigue siendo
utilizado y buscado por los poderes de turno y los medios para desviar la
atención de los problemas y conflictos que azotan a la Argentina.
Fuente: Maradona, Diego:
México 86. Mi Mundial, mi verdad ( Sudamericana , Argentina, 2016) http://www.megustaleer.com.ar/libro/mexico-86-mi-mundial-mi-verdad/AR27213/fragmento/
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