sábado, 18 de marzo de 2017

A 41 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO DE 1976 :SE NOS DESPOJÓ DE NUESTRA CONDICIÓN HUMANA, SE NOS QUISO REDUCIR A LA CONDICIÓN DE OBEDIENTES Y DESPOLITIZADAS HORMIGAS, ESTÁBAMOS ENCADENADOS A LA CULTURA DEL SOMETIMIENTO

El golpe de Estado del 24 de Marzo de 1976 fue justificado por las Fuerzas Armadas y sus adalides como una respuesta a una sociedad enferma que necesitaba de una operación quirúrgica sin anestesia para normalizarse. Lo cierto es que bajo este pretexto desarrollaron un plan sistemático que abarcaba a toda la población. El silencio debía primar al igual que la subordinación y verticalismo extremo, de manera similar a lo que sucedía en los cuarteles cuyas puertas fueron a golpear amplios sectores de la sociedad.

El gobierno del Proceso de Reorganización Nacional ,la Junta militar encabezada por las tres armas(con Videla , Massera y Agosti a la cabeza utilizaron ese eufemismo que utilizaron para instaurar de un nuevo orden edificado sobre el terrorismo avalado por el Estado , el nuevo orden económico fue también parte de la estrategia. El empresariado en conjunto con la Iglesia a los que se sumaron amplios sectores civiles respondieron al caos reinante para autodenominarse la “reserva moral de la patria”.

Hugo Vezzetti, lo explicó de esta manera:” El golpe de 1976 fue recibido con una mezcla de de alivio, expectativa y resignada aceptación: las promesas de orden y autoridad no sólo se correspondían con una experiencia histórica que había reservado a las Fuerzas Armadas ese papel, sino que parecían, para muchos, la única salida frente a las evidencias de la fractura política, el caos social y el desquicio del Estado.

El libro “Memoria y dictadura : un espacio para la reflexión desde los Derechos Humanos., describe el objetivo del Proceso de Reorganización Nacional: “ Si desde el aparato estatal se nos despojó de nuestra condición de ciudadanos y se nos quiso reducir a la condición de obedientes y despolitizadas hormigas, en los contextos del cotidiano –el de las relaciones sociales y los patrones de autoridad que tejen la vida diaria– se intentó llevar a cabo una similar obra de sometimiento e infantilización: los que tenían ‘derecho a mandar’, mandando despóticamente en la escuela, el lugar de trabajo, la familia, la calle; los que ‘debían obedecer’, obedeciendo mansa y calladamente”, de forma capilar de arriba hacia abajo.

La paralización y anestesiamiento se hizo patente , añade en el libro mencionado.“ Casi perdimos el derecho de caminar por la calle si no vestíamos el uniforme civil –pelo corto, saco, corbata, colores apagados– que los mandones –militares y civiles– consideraban adecuado”.

El acallamiento y el espíritu crítico considerados imprescindibles para los militares, en “Memoria y Dictadura”…es narrado de este modo” Pasó a ser altamente aconsejable no ser diferente ni dar opiniones poco convencionales aun sobre los temas aparentemente más triviales. Así, también, fue anatema (era reprobable y causal de persecución) en las instituciones educativas pre g u n t a r, dudar y hasta reunirse por parte de los que sólo tenían que aprender pasivamente, y en muchos lugares de trabajo (incluso, por supuesto, pero no sólo en las fábricas), entre esa coacción y la del creciente desempleo, fue perseguido todo lo que no fuera, igual que en los otros contextos, la obediencia del sometido”.

El disciplinamiento empezaba por casa y se hacía extensivo a la educación, es posible observar allí también el terrorismo. En una la carta abierta a los padres argentinos , publicada por la revista Gente 
( Editorial Atlántida dueña de la revista fue uno de los cómplices civiles desde los medios de comunicación ) los militares alertaban sobre los peligros que existía en el ámbito educativo :” En esta guerra no sólo las armas son importantes. También los libros, la educación, los profesores. La guerrilla puede perder una o cien batallas, pero habrá ganado la guerra si consigue infiltrar su ideología en la escuela primaria, en la secundaria, en la universidad, en el club, en la iglesia .“Ese es su objetivo principal”, advertían en su cruzada los militares”. Retomaban aquí la sospecha que todos eran potencialmente subversivos.

Los padres no solamente debían mandar a sus hijos a la escuela. Importante es que cumpla también con las leyes morales de su sociedad y de su cultura” ( es posible observar el rol de la Iglesia en cuanto al orden moral y las buenas costumbres , la creencia cristiana y occidental promovida ).

Las leyes morales consistían e controlar lecturas y actividades de todo tipo” Que se prestan a desviaciones: los campamentos, los encuentros de convivencia, los retiros espirituales, las visitas a villas miseria”. Los padres, sostenían los ideólogos del proceso: alta sociedad, grupos concentrados económicos ( representado por la Sociedad Rural y medios de comunicación afines, eran co –responsables de custodiar la amenaza subversiva ( un cuasi Satanás) :” Usted tiene una gran responsabilidad en esto. Porque usted no sabe -no puede saber- qué cara tiene el enemigo. O de qué se disfraza. Usted le entrega, le regala su hijo a la escuela durante muchas horas por día e ignora qué ocurre”.

Los docentes eran “peligrosos” entendían los militares, era posible que ayudarán a pensar, a razonar y a ver una realidad diferente de la que se vivía en el día a día. “Seguramente lo estarán educando como corresponde”, intentaba no ligar a toda la comunidad educativa. Sin embargo, existían modelos a no seguir ”Cabe la posibilidad de que no sea así”, alertaban.

¿Quiénes eran los” enemigos” disfrazados?, según las palabras de los jerarcas militares, a los que había que temer. Eran los que enseñaban a los hijos a discutir, a cuestionar a sus padres ( en realidad eran los que cuestionaban el statuos quo), tal como la acción de la sectas ( despegaban aquí a la ortodoxia católica o el Vaticano que apoyó la dictadura) les lavaban la cabeza a los hijos que quedaban ” Hipnotizado por el enemigo. Su mente es de otro”

De todos modos, intentaron llevar una imagen de tranquilidad y paz que llegaría, en oposición a lo que acaecía en el periodo anterior durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón, viuda del tres veces expresidente argentino:”Después del 24 de marzo de 1976, usted sintió un alivio , sintió que retornaba el orden”. Utilizando una metáfora biológica, pretendieron erigirse como los sanadores de la argentina “Que todo el cuerpo social enfermo recibía una transfusión de sangre salvadora”. Sin embargo, avisaban que la “ curación” llevaría tiempo “Bien. Pero ese optimismo -por lo menos en exceso- también es peligroso. Porque un cuerpo gravemente enfermo necesita mucho tiempo para recuperarse, y mientras tanto los bacilos siguen su trabajo de destrucción”, señalaban en la carta. En sus ideas, la putrefacción era tan grande y había que eliminar hasta la última bacteria infectada. Así concebían los militares a la sociedad , a todo opositor y a eso los redujeron, a “insectos “ o “bacterias”. A los insectos había que pisotearlos. A las bacterias había que aislarlas, analizarlas y a las infecciosas eliminarlas.

Las consecuencias de la dictadura dejaron su huella hasta hoy. La violencia ejercida con y sobre el lenguaje produjo silencio o frases hechas, por ejemplo por algo será o algo habrán hecho, que se extendieron a la sociedad en su conjunto. Por ende, también en la mentalidad de la sociedad se operaran grandes cambios , los cuales se mantienen presente . Debido a la disminución de la solidaridad, la pérdida de confianza en la acción comunitaria, la despolitización y el alejamiento de gran parte de la sociedad de los ideales de transformación revolucionaria”, subraya la escritora norteamericana Marguerite Feitlowitz.

Si como escribió Ernesto Sábato en el prólogo al” Nunca Más”Las grandes calamidades son siempre aleccionadoras, y sin duda el más terrible drama que en toda su historia sufrió la Nación durante el periodo que duró la dictadura militar iniciada en marzo de 1976 servirá para hacernos comprender que únicamente la democracia es capaz de preservar a un pueblo de semejante horror, que sólo ella puede mantener y salvar los sagrados y esenciales derechos de la criatura humana.

En consonancia a las ideas de Sábato, también vale tomar como enseñanza las reflexiones del Dr.Luciano Barandiarán que propone hacer uso de la memoria:” Se impone recordar la cultura autoritaria que se ha repetido en democracia en casos como los de Luciano Arruga, Jorge Julio López, los atentados como los de la AMIA o la Embajada de Israel, o los ataques de grupos neonazis”. Ellos demuestran que la consolidación de una cultura democrática continua estando bajo acecho de amenazas heredadas, tal vez desde mucho antes de 1976.

Finaliza Barandiarán” Resolverlas debería ser nuestro reto, para que Nunca más no se transforme en una frase vacía a medida que pasen los años.

Fuentes:

Memoria y dictadura : un espacio para la reflexión desde los Derechos Humanos. - 4a ed. - Buenos Aires : Instituto Espacio para la Memoria, 2011.


Bilder, M, E. “Las huellas del pasado en el presente.Papeles de Trabajo, Año 6, N° 9, junio de 2012, pp. 225-244.
Barandiarán, L. El impacto de la última dictadura sobre la cultura (1976-1983), UNICEN, 23 de Marzo de 1976

«Carta abierta a los padres argentinos» Revista Gente.16 de Septiembre de 1976









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