miércoles, 22 de noviembre de 2017

El período que va entre 1970 a 1973, fue un tiempo histórico en el que la posibilidad de hacer política, de promover una transformación social, como alternativa real para tomar el poder, tenía la violencia como condición inherente

Con la ida de Lanusse y el grito a y a los militares " se van . se van, y nunca volverán”, mas la elección de Cámpora como presidente ( en realidad la vuelta de Perón, tal como lo marcaba el slogan " Cámpora al gobierno, Perón al poder", comenzaba una "primavera" que no fue tal y culminó en 1976 cuando nuevamente los militares del Proceso usurparon la Casa Rosada.


El 25 de mayo de 1973, el mismo día en que Cámpora asumía la Presidencia en la Casa Rosada, miles de manifestantes exigían la libertad de los presos políticos. La presión popular extendida a todo el país fue tan fuerte que las rejas se abrieron esa misma noche, que pasó a la historia como "el Devotazo".

En esas horas únicas, cargadas de tensión, Marcelo Larraquy registra voces calladas hasta ahora, que relatan de primerísima mano las tácticas de la guerrilla para enfrentar a una dictadura militar en retroceso, con juicios sumarios como el del general Aramburu, secuestros a empresarios, tomas de poblaciones, robos de camiones de caudales y fugas audaces como la de Trelew, que terminaría en una masacre en la base naval.

A partir de testimonios inaccesibles hasta hoy y nuevas fuentes documentales, Larraquy logra componer el retrato de una época que dejará sin respiro al lector, con una sucesión de acontecimientos que encaminarían al país hacia su década más feroz y espeluznante.

Larraquy describe aquel el 25 de mayo de 1973como un día que fue visto como "feliz". De todos modos, desmitifica la gesta :" Cuando los presos políticos por las primeras acciones armadas salen en libertad gracias a la presión popular y a un indulto que no había firmado... ¡nadie!.


En el prólogo a "Primavera Sangrienta" ( Sudamericana) el periosdista e historiador, señala que el período que va entre 1970 a 1973,  fue un tiempo histórico en el que la posibilidad de hacer política, de promover una transformación social, una alternativa real para tomar el poder, tenía la violencia como condición inherente.

Si embargo,  explica que la violencia que marcó el trienio e iría creciendo hasta llegar al terrorismo de estado, marcando a fuego a la Argentina , ya estaba presente :"La violencia no fue la tormenta que emergió sobre un cielo azul. Ya estaba instalada en la Argentina. El autoritarismo militar, basado en el supuesto de que las Fuerzas Armadas debían operar sobre la cúspide del sistema político y guiar el destino del país por encima de la Constitución, generó un trasfondo de violencia que a su vez fue fortaleciendo el imaginario revolucionario", sintetiza

La idea de revolución tenía horizontes diferentes para los grupos armados que la sustentaban. Para algunos, el regreso de Perón al país era el tránsito hacia un socialismo todavía no delineado; para otros, el modelo vietnamita y cubano superaba los límites del peronismo para la liberación de la clase obrera. Aun con objetivos, tácticas y estrategias diferenciadas, desde distintas organizaciones enfrentaron la dictadura militar encabezada por Lanusse que gobernaba el país.


Por otro lado, las Fuerzas Armadas estuvieron siempre alertas "no se habían llamado a sosiego" subraya Larraquy.. En su visión entendían que las fronteras eran ideológicas y el enemigo era interno, en el marco global de la Guerra Fría que enfrentaba el mundo polarizado entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

La génesis de la violencia y muerte en  la Argentina de los 70 nace  antes de que la idea de la revolución, en la segunda parte del siglo XX, alimentara los sueños de la militancia política y/o armada, las Fuerzas Armadas ya estudiaban cómo eliminarla. La confesión basada en las torturas a sus militantes y la desaparición forzada de personas fueron los instrumentos para desarticular las organizaciones armadas. La desaparición del cuerpo impedía el conocimiento del hecho y protegía a sus ejecutores. En esta época se produjo en casos aislados. Luego, la técnica se perfeccionaría y se convertiría en una metodología del terrorismo de Estado.

A menudo se sostiene que la democracia no era un valor en la década de 1970. Es cierto. La democracia, entendida como democracia liberal, no estaba en la mente de ninguno o casi ninguno de los actores que atraviesan este libro. Ni siquiera de la sociedad. Desde el golpe de Estado de 1930, votar a un presidente en forma libre y sin proscripciones era un ejercicio que apenas había sido conocido dos veces en más de cuatro décadas.

El tercer acto electoral sería el 25 de mayo de 1973. Y como en las dos oportunidades anteriores, volvería a vencer el peronismo. Ese día, con la multitud en las calles, parecía un día feliz como ningún otro. La consumación de una utopía. Una realización luminosa. Una primavera. Por la noche, la movilización popular arrancó a los presos políticos de las cárceles.

Pero la primavera quedaría desteñida, con la sangre hasta el cuello. Este libro intenta recoger el sentido de esa experiencia.

Larraquy, M." Primavera sangrienta", Sudamericana, Buenos Aires, 2017
http://www.megustaleer.com.ar/libro/primavera-sangrienta/AR30306/fragmento/
http://www.megustaleer.com.ar/libro/primavera-sangrienta/AR30306

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